En 1928 Bohemia presenta una portada donde la composición se complejiza y se abarrota de atributos simbólicos. La síntesis y la sensualidad de la portada de 1927 son desplazadas por la abundancia y la majestuosidad. El ilustrador, no obstante, es el mismo: Carlos.
La República, sedente, vestida a la usanza romana pero con los colores de la bandera, se apoya sobre una espada[1]con su mano derecha y con la izquierda sostiene el escudo nacional. Una espiga de trigo (símbolo de agricultura) reposa en sus piernas y flores, caracoles…descansan a los pies del escudo. Sobre su cabeza, el gorro frigio con la estrella solitaria y una corona de laurel.
La espada de la justicia, el gorro de la libertad, la corona de la victoria y la planta de la agricultura componen un mundo simbólico que presenta una República grave y ostentosa. Los elementos se organizan siguiendo las pautas de un esquema sobrio y rígido; la pose de la figura, la grandilocuencia de sus atributos y hasta la tipografía de la publicación denotan solemnidad y fastuosidad. Incluso, si bien en la imagen de 1927 el título se dispone en letras caligráficas, redondeadas y sinuosas, en esta cobertura, Bohemia se deletrea con una tipografía estilizada, elegante y austera.
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Otras portadas con la República sedente:
Bohemia 1936
Carteles 1938
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Otras portadas con la República sedente:
Bohemia 1936
Carteles 1938
[1] La espada es en primer lugar el símbolo del estado militar y de su virtud, la bravura, así como de su función, el poderío. Asociada con la balanza, se relaciona especialmente con la justicia.
Chevalier, Jean: Diccionario Simbólico. Editorial Herder, Barcelona, 1986. p. 471.